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Infancias danesas

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POR SARA HØYRUP

El sistema de la enseñanza infantil en Dinamarca, y en general en los países nórdicos, es muy distinto del español. Hay más movimiento físico y más autodesarrollo, y las clases formales empiezan más tarde cuando los niños están listos para el aprendizaje consciente. Se inspira en el famoso método Montessori que revolucionó en su día la educación infantil con sus ideas progresistas.

En Dinamarca, las plazas de casa-cuna están garantizadas, y se estila
coger plaza a partir del año de edad del crío. Abren plazas durante todo
el año, aunque a veces cuesta cumplir con la garantía.

Garantizar plaza es necesario porque acostumbran trabajar tanto las madres como los padres, si bien la baja maternal es pagada y muy generosa en Dinamarca (un año entero hoy día), y la hay también paternal.

En algunos casos, las casas-cuna son hogares privados que acogen a niños pequeños durante el día entresemana. Ofrecen ambientes más tipo familia, si bien incluso estos grupitos de niños se unen a menudo con otros. Es así porque toda oferta infantil en Dinamarca circula alrededor del mismo ideario de la educación profesionalizado y distinto del ambiente familiar.

A los tres años de edad comienza el parvulario, que se lleva a cabo de la misma manera, a menudo dentro del mismo edificio que la casa-cuna, y no funcionan como escuelas en el sentido español. Es solamente hacia finales, cuando los niños tienen unos seis años, que se sienten en una especia de clase en el parvulario durante algunas horas.

Hasta los diez años, los niños suelen ir por la tarde a unos centros de recreo, estilo casals, ya que hasta hace pocos años el día escolar terminaba muy pronto. De hecho, cuando por medio de una reforma se alargó el día escolar, fue un argumento en su contra que no habría tiempo suficiente para el juego libre y el movimiento físicos en los centros de recreo.

La escuela como tal ofrece la enseñanza primaria y secundaria obligatoria de modo continuado y sin cambiar de edificio, mientras que el bachillerato se lleva casi siempre a cabo en instituciones aparte. El primer año de primaria no es obligatoria, pero se suele acudir. Es un año con maestros especializados en pedagogía infantil con clases formales, pero todavía es muy lúdicos.

No es hasta que tengan siete años que los alumnos tengan clases rigurosos; e incluso en ese momento sigue habiendo mucho momento lúdico, y un gran respeto a la necesidad de recreos libres y movimiento físico. Hay, además, una fuerte animadversión contra las pruebas y los examenes a edades tempranos, y se eviten las puntuaciones y calificaciones hasta bien entrada la secundaria.

En la escuela danesa se aprende a pensar y reflexionar más que a saber y recordar. Se habla de aprendizaje a todas las edades en vez de enseñanza: el enfoque está en el proceso activo que hace el alumno.

Se comienza, pues, tarde en el colegio respecto a los países del sur de Europa; y los jardines infantiles para niños hasta los seis años de edad tienen mucho en común con lo que aquí al sur conocemos como los principios Montessori.

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